1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 .. 40
5
Otra constante en el mundo de los
niños pequeños son sus proporciones.
Un niño de dos años de edad tiene
de media alrededor de 90 cm de
altura, y las proporciones de su cuerpo
son diferentes de las de un adulto.
Proporcionalmente, los niños tienen
cabezas más grandes y brazos y
piernas más cortos. Eso hace que les
sea más difícil conservar el equilibrio.
Recomendamos que los adultos que
estén a cargo de una zona de juegos
infantil se pongan de rodillas y vean
el mundo desde la perspectiva de los
niños.
Dado que sus proporciones hacen
que les resulte difícil mantener el
equilibrio, los niños pequeños deberían
tener oportunidades suficientes para
entrenar su sentido del equilibrio y
su sistema vestibular. El sentido del
equilibrio se forma, por ejemplo, al
balancearse, columpiarse o girar
suavemente.
Una actividad atractiva para los niños
pequeños es columpiarse atrás y
adelante sobre el estómago; puesto
que aún no pueden columpiarse de
modo independiente como es debido.
El ritmo de esta actividad también
consolida de modo activo la base del
lenguaje. A menudo se ha observado
que los niños cantan o canturrean
cuando se balancean atrás y adelante.
El sentido del espacio
Asimismo, la conciencia espacial
de los niños pequeños aún no está
totalmente desarrollada y necesita
formarse y ponerse a prueba del modo
apropiado. Una buena comprensión
básica de las dimensiones y el espacio
es fundamental para una posterior
comprensión adecuada de las
matemáticas.
Percepción visual
Debido al retraso en el tiempo de
respuesta nerviosa, los niños pequeños
necesitan más tiempo que los adultos
para asumir su entorno físico. Las
diferencias de nivel en unas escaleras,
por ejemplo, a menudo exigen que
el niño se concentre totalmente para
poder dominarlas. El sentido del tacto
de un niño no está tampoco a la altura
del de un adulto normal, así que se
necesita estimular, apoyar y ejercitar la
coordinación entre la mano y el ojo.
¡A jugar!
Por fortuna, los niños pequeños
necesitan que se les anime muy poco
para lanzarse a situaciones de juego .
Y es importante que los adultos no les
presionen en su aprendizaje: para un
niño pequeño, aprender es un juego y
todo lo que necesita es un modelo de
conducta positivo.  
y por lo tanto tienen dificultades
para trepar por una red de escalada
o para coger una pelota. Además,
los niños que no han desarrollado lo
suficiente sus habilidades motoras
gruesas tienen dificultades con las finas
y, cada vez un mayor número están
destinados a crecer con sobrepeso u
obesidad si no se toman medidas para
promover su ejercicio físico.
La vida social de los pequeños
también ha cambiado, y los estudios
revelan conclusiones interesantes.
Anteriormente, se observaba que los
pequeños estaban tan preocupados
con su desarrollo físico y cognitivo
individual que su interacción social era
secundaria. Pero la presencia de los
niños en guarderías implica que ahora
están junto a sus iguales todo el día, y
ello tiene como consecuencia un grado
de interacción social entre niños mucho
mayor del observado en otros tiempos.
Por ejemplo, los investigadores han
observado que inventan juegos de
repetición en los que alinean objetos y
saltan gritando.
Hoy en día el dominio del lenguaje
por parte de los niños sufre un retraso
en la mayoría de los países europeos.
Una de las principales razones es
la reducción de la interacción entre
adultos y niños; esto es, que los
adultos tengan contacto visual con los
niños, interactúen con ellos, nombren,
comparen y describan objetos, y
expliquen situaciones.
Una de las grandes tareas de los
cuidadores es apoyar su desarrollo
lingüístico. En este caso, son útiles los
objetos que compensan el hecho de
que haya menos interacciones cara a
cara en las instituciones de cuidado;
por ejemplo, objetos que reflejan
situaciones cercanas al hogar o tienen
motivos que estimulan la fantasía o
refuerzan la que está naciendo en
los niños, así como sus juegos de
imaginación. Otros objetos útiles para
el desarrollo del lenguaje en guarderías
son los que se pueden describir,
nombrar y comparar o sobre los que se
puede informar, para que ayuden a los
niños pequeños a hacer exactamente
eso. Cuando nacemos, somos más
cuerpo que mente, y pensamos que
se necesitan retos intelectuales para
cambiar ese hecho. Pero en realidad,
se necesita tiempo de juego físico
para desarrollar las habilidades
básicas necesarias para aprender
adecuadamente más adelante en la
vida. Una razón más para tomarse en
serio la Convención sobre los derechos
del niño de la ONU. Los niños tienen
derecho al ocio y al juego.
Las proporciones
de los niños
pequeños y su sentido del equilibrio
ZONAS DE JUEGOS